Desde el
nacimiento, se les enseña a los niños/as el estereotipo que se supone deben ser.
Los niños aprenden a que sólo les debe gustar el color azul u otro color “de
hombre”, deben ser físicamente fuertes y no mostrar demasiados sentimientos ya
que podrían ser llamados “niñas”. De la misma forma, las niñas son enseñadas a
que les guste el color rosa y cuidar la forma en que se ven para así poder
llamar la atención de los hombres. Al crecer, esta diferencia
de género va empeorando, llegando al punto donde el niño ve a la niña como el
sexo débil, lo que hace que éstas lo crean también. Sin embargo, el individuo
que no esté dentro del estereotipo es llamado raro; El joven que no esté
interesado en el deporte se le cuestiona su hombría, y la joven que no sepa
cocinar y no sepa sobre maquillaje y lo último de la moda también se le
cuestiona su feminidad.
-Jessica
Zambrano.
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